Los cambios en las condiciones climáticas, especialmente si provocan situaciones extremas, inciden de manera directa en los cultivos. Esto nos ha llevado en Moyca a reforzar nuestras inversiones en coberturas protectoras y sistemas de drenaje, buscando minimizar las pérdidas y proteger la fruta.

Uso responsable de recursos

La escasez de agua también es una preocupación creciente desde hace ya varios años. Nuestro origen y principal centro de producción es la Región de Murcia, así que la falta de agua es algo con lo que hemos convivido siempre y que nos ha mantenido conscientes de la importancia de un uso responsable de este recurso.

Por ello, trabajamos en lo que está en nuestra mano, invirtiendo en sistemas de riego avanzados y en procesos de producción tecnificados que optimizan el uso del agua disponible. El reto es equilibrar un uso eficiente con las necesidades de un cultivo como la uva de mesa, que requiere condiciones específicas para desarrollarse con la máxima calidad. A medio plazo, vislumbramos un sector con una mayor inversión en recuperación de agua, tecnologías de monitorización hídrica y variedades más resistentes a la sequía.

Ante este cambio climático, tenemos por delante otro desafío crucial como es preservar la fertilidad del suelo y evitar su degradación, una responsabilidad que no podemos postergar y que es ejemplo de colaboración entre instituciones y empresas.

Para abordar esta coyuntura, las prácticas regenerativas se han convertido en imprescindibles para garantizar el presente y futuro de la agricultura, implementando políticas de uso sostenible de los recursos.

Creo que estamos en el camino, pero todavía hay mucho por avanzar en el cuidado y recuperación del suelo. En Moyca, implementamos prácticas como el uso de técnicas de manejo y conservación dirigidas a combatir la erosión, asegurando la fertilidad del terreno sobre el que trabajamos y sobre el que crece una uva de mayor calidad.

“Las prácticas regenerativas se han convertido en imprescindibles para garantizar el presente y futuro de la agricultura, implementando políticas de uso sostenible de los recursos”.

Sanidad Vegetal

Asimismo, en los últimos años, hemos observado un incremento en plagas o enfermedades fúngicas debido a condiciones de temperatura más extremas que, además, estresan al producto. Este fenómeno está haciendo más compleja la gestión de los cultivos, obligándonos a actualizar procesos para mantener la calidad del producto Esto es irrenunciable porque lo que no disminuye es la exigencia del mercado.

Así, esto nos ha obligado a intensificar el uso de controles biológicos y fitosanitarios, teniendo en cuenta los controles agroquímicos que limitan las herramientas disponibles, y a monitorizar constantemente los parrales para garantizar una producción saludable y sostenible

Para preservar la calidad del producto durante el almacenamiento y transporte también hemos adoptado soluciones como atmósferas con temperatura controlada, sin comprometer su calidad ni nuestra responsabilidad medioambiental.

Este enfoque integral garantiza que podamos ofrecer una uva de mesa sin semilla que no solo es de calidad, sino también respetuosa con el entorno natural.